Praga, la capital de Chequia, es conocida por su impresionante arquitectura gótica, incluyendo el icónico Puente de Carlos y el Castillo de Praga. Al partir de Praga, el tren te lleva a Dresde, una ciudad celebrada por sus monumentos barrocos como el Palacio Zwinger y la Frauenkirche. Al llegar a Dresde, no te pierdas el pintoresco río Elba y la rica historia que convierte a esta ciudad en una verdadera joya de Europa Central.